De hecho, yo ni siquiera diría que exista esa “vacuidad creativa”. Las crisis de ideas no existen. Siempre habrá gente creativa. Otra cosa es que logre triunfar en la industria del cine. Y es que esa industria está en manos de gente no creativa. Está en manos de financistas. Tener ideas es gratis, pero convertirlas en películas es caro y arriesgado. Por eso, en momentos de incertidumbre económica, o cuando los sistemas de financiación son inestables, las grandes empresas tienden a minimizar riesgos (o eso creen ellos) buscando supuestas garantías de éxito. Por supuesto, las garantías de éxito no existen, pero los débiles mentales necesitan agarrarse a un sistema de axiomas inamovibles, y así nos va. Una de esas presuntas garantías es usar materiales argumentales ya testados con éxito. De ahí la avalancha de remakes y adaptaciones, y la reticencia a usar materiales originales, o que desafíen las reglas del marketing.
El pianista en un burdel, en un blog que recomiendo vivamente, no solamente a los amantes del guión, sino a todo aquel interesado en la parte creativa de la tele y el cine, además de la escritura, por supuesto. Ah, el nombre del blog es Bloguionistas y está escrito a muchas manos por profesionales de la materia.
Por cierto, dejo esta cita como una pequeña cura de humildad, ya que en muchas ocasiones acusamos con ligereza a los realizadores del producto de falta de originalidad (me incluyo entre los criticones), cuando la ausencia de creatividad proviene en realidad del miedito de los que encargan el producto, no de quienes lo hacen. Más claro de lo que está explicado en esta cita, pocas cosas, desde luego. Y obviamente, la explicación es transferible a la literatura, al cómic, a la música, etc.
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