Me sigo preguntando si un blog es un lugar adecuado para la ficción literaria. De vez en cuando, me da por recorrer la red en busca de blogs y de sitios dedicados a la ficción. Muchos de los que me encuentro están muertos. Parece que nacieron como un lugar donde el autor colgaría sus cuentos (o su novela) a medida que los escribía, pero o dejaron de escribir, o desecharon el método de publicación porque no alcanzaron sus objetivos. De la observación de estos sitios, y de otros que siguen adelante con más o menos percances, me da la impresión de que el público en general no se encuentra a gusto con la ficción en los blogs y que los blogs, como método de publicación, no son adecuados para todo tipo de ficción, o por lo menos para los estilos de ficción más convencionales.
El artículo de Hernán Casciari "Experimentos con un cachorro" me parece un punto de partida indispensable para todo aquel interesado en este asunto. En él, relata su experiencia con varios blogs ficticios que escribió en su momento. Me parece muy importante porque en él traza las primeras reglas de la ficción online partiendo de su experiencia. Son discutibles, desde luego, pero es un primer intento y por lo tanto muy valioso.
En lo que hace hincapié Hernán es en utilizar un blog como obra en su totalidad, "engañando" al lector desde el principio: contar la historia de un personaje y su entorno como si se estuviese desarrollando ante nuestros ojos, como si el personaje fuese real y en ese blog estuviese contando sus experiencias. Hasta ahora, al único que le he visto empleando este método ha sido a Rafael Fernández, que logra un equilibrio entre su personaje (él mismo) y esa realidad ficticia en la que se desenvuelve (que en muchas ocasiones no podemos diferenciar de su realidad).
¿La única salida de la literatura por medio de los blogs es la de contar una historia que suspenda la credulidad del lector empleando para ello el propio medio, sin que esta sea voluntaria? Lo que plantea Hernán es eso, pero creo que Rafael consigue que esta suspensión se haga voluntariamente metiéndonos en su juego, "engañándonos" por medio de unos primeros elementos completamente verosímiles para luego irse hasta la fantasía (generalmente siempre relacionada con el sexo, así que los menores de 18 años no entréis por ahí). Cuando terminamos de leer una entrada, salimos de la suspensión de la credulidad y volvemos a la realidad. El peligro de lo que plantea Hernán es que el lector, al descubrir que lo que estaba interpretando como realidad no es más que ficción, se sienta defraudado, engañado (sin comillas). Es, desde luego, una apuesta literaria arriesgada, pero literatura al fin y al cabo.
Pero, ¿y si lo que quiero yo es contar ciencia-ficción, o fantasía tolkienana? ¿El blog es el vehículo idóneo para mis objetivos? Dice Hernán: "Escribir ficción online no significa hacer copy paste de cuentos y publicarlos en una bitácora. Muchos optan por ello creyendo que escriben online, y lo que hacen es 'radio en la tele'" y no puedo estar más de acuerdo con él. El blog, por su propia naturaleza, exige el uso de la primera persona y de la brevedad; exige que da alguna manera de lleve a la suspensión de la credulidad, voluntaria o no, pues si no, nos topamos con la reticencia del lector a acceder a nuestro texto. En principio, no queda más que engañarle, aunque después le descubramos el engaño de la forma que sea. Igual que cuando nos acercamos a un libro, vamos dispuestos a tragarnos lo que se nos diga (si el mundo en el que se desarrolla la acción es plano, pues nos creemos que es plano), cuando nos acercamos a un blog lo hacemos dispuestos a juzgar lo que allí leamos de acuerdo a las reglas de la realidad en que normalmente vivimos. Si de pronto se nos dice que el mundo es plano, no nos lo vamos a creer. Si encima, el autor insiste en que nos lo creamos, tratando de pintar "su" realidad con una capa de verosimilitud cuando a todas luces lo que dice es falso, el lector saldrá ahuyentado de allí.
Cada historia tiene su propio vehículo de transmisión. La lectura de un cuento puede funcionar perfectamente en la radio (o en un podcast), pero si ponemos a un tipo frente a una cámara leyendo un cuento, no lo va a ver nadie. Teniendo esto en cuenta, dentro de la difusión online, ¿cuál es el mejor vehículo para contar historias? ¿Un blog, un podcast, un wiki? Creo que depende de la historia. Tenemos que mirar lo que queremos contar y ver donde cuadra mejor. Un blog de cuentos coypasteados no creo que funcione muy bien, desde luego. O acerca de un espía contando los entresijos de lo que sucede en su organización al margen del gobierno, a menos que encontremos los elementos necesarios y la conjugación adecuada de los mismos para que funcione. ¿Y cuando funciona? Cuando los lectores se sumergen voluntariamente en nuestro mundo, aceptan nuestras reglas y nos siguen leyendo.
Aún hay mucho que descubrir. No todo está escrito en esto de la ficción online y podemos ir haciendo nuevos y fascinantes descubrimientos. Pero tengamos en cuenta lo que se ha dicho hasta ahora.
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