Esta mañana cogí un taxi para llevarme hasta la parada del autobús que me deja cerca de mi trabajo (y es que trabajo lejos). Hasta la mitad del viaje, todo normal: yo, arrebujado en mi asiento, combatiendo el frío y el resfriado que me cargo; el taxista, conduciendo. Pero, de pronto, el taxista me preguntó (después de un comentario acerca del inhóspito clima que nos bancamos en estos días) si conocía un libro llamado "Anécdotas de un taxista". Resultó que sí, que lo conocía de oídas. Y resultó también que el autor, Mauro Escobar Coronel, era el taxista que me llevaba hacia el segundo transporte de la mañana. Me entregó un libro, me mencionó otro que había escrito y... No me pude callar: "Esto debería ponerlo en Internet. ¿Sabe lo que es un blog?".
La razón de mostrarme y hablar de su libro era obvia desde el principio: vendérmelo. Conversamos acerca de como había sido mencionado en varios medios de comunicación, de alguna que otra mención honorífica que recibió y, como no, traté de convencerle en 5 minutos de que aquello era material de blog, de un blog que podría resultar muy exitoso sin necesidad de invertir casi nada de dinero.
Terminé comprándole el libro, que ya va por su tercera edición. Eso sí, autoeditado. ¿Se habrá planteado en algún momento el Sr. Escobar proponerle a alguna editorial su edición "en serio"? ¿Acaso le interesa? Si no hubiera tenido que ir a trabajar, seguro que hubiésemos terminado en un cibercafé, mostrándole las nuevas oportunidades tecnológicas que tiene al alcance para difundir su trabajo. Sin embargo, al mismo tiempo que escribo esto, me da por pensar un poco y me pregunto: ¿lo necesita?
Tercera edición del libro. Esta edición, al menos, de 1.000 ejemplares. Eso significa, suponiendo que las anteriores hayan sido de cantidades similares, unos 2.000 ejemplares vendidos. Tiene su propio canal de distribución (su taxi y tal vez alguno más que desconozco). Su obra le reporta satisfacción y algo de dinero. ¿Necesita meterse en este jaleo blogosférico? No me arrepiento de habérselo mencionado, pero quizá no lo necesita. Un blog de nicho como el que sería el suyo sería un éxito, aunque sólo fuese en Ecuador (pero ya se sabe como se rompen fronteras en Internet), pero también exigiría una cantidad de trabajo que a lo mejor no le reportaría lo suficiente (sea económicamente o en "egolitos") como para continuar con él. Eso es algo que debería valorar él, desde luego (aunque nada perdería poniéndolo en Lulu.com).
Pero más allá de eso, lo que quiero resaltar es la iniciativa. Al Sr. Escobar le picaba el gusanillo de escribir y (como no) publicar, y tiró de los recursos que tenía más a mano, sacándoles partido. ¿Qué perdió? Nada. ¿Qué ganó? Mucho, y no hablo de dinero. Nos quejamos demasiadas veces de como va nuestra vida, de lo poco que ganamos, de la gran cantidad de insatisfacciones que tenemos, y preocupados dándole vueltas a esas cosas, no nos percatamos de que a nuestro alrededor existen infinidad de recursos a los que sacarles partido para mejorar nuestra vida y sentirnos un poco (o mucho) mejor con lo que hacemos.
Por eso mi insistencia en lo de los blogs, pero también en cualquier otro proyecto o idea humilde de cualquier persona que se me cruza. Soy un poco pesado, lo reconozco, pero ojalá haya conseguido que a alguno por ahí le haya picado el gusanillo de dar un pequeño paso hacia delante para alcanzar sus sueños.
En cuanto al Sr. Escobar, felicitarle desde aquí (de nuevo) por su iniciativa. Si queréis saber más de él, en esta entrevista podéis encontrar más información. Sólo una actualización: ya no está estudiando para ser abogado, ya lo es.
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