Recuerdo que, hace algún tiempo, Paulo Coelho manifestó en un artículo que estaba en contra del P2P y de la piratería (lo siento, pero mi baja conexión me impide buscarlo y cito de memoria). Ahora resulta que él mismo se está pirateando, (me enteré por David Gil). Se ha dado cuenta de que las ventas, en lugar de disminuir, aumentaron. Y no es el primer autor que lo dice. Seth Godin, el prestigioso gurú del marketing, lo lleva repitiendo desde hace años.
Será que estoy Rosendístico y, por ello, loco por incordiar, pero me pregunto si su reacción hubiese sido diferente si las ventas no hubiesen aumentado ni disminuido; es decir, si las descargas económicamente no hubiesen afectado en lo más mínimo. Sí, sí, es por joder, la verdad. Es ponerse un poco quisquilloso. Pero tal vez a cualquier otro novelista se lo hubiese pasado, pero a este señor, que lucra con manuales de autoayuda envueltos en espiritualidad y disfrazados de novelas, como que la cosa me chirría un poco, que le voy a hacer (y sí, lo he leído cuatro de sus libros y uno de ellos me ha gustado y mucho, pero para de contar).
Aun así, no deja de ser una buena noticia, y ojalá que cunda el ejemplo.
Leer la edición de un libro en papel y leer la electrónica son dos experiencias diferentes, y así se tienen que valorar. Que mil personas se descarguen tu obra no significa que no vayas a vender mil ejemplares, sino que esos mil van a juzgar tu libro y, si les gusta, se lo comprarán para ellos mismos o para regalárselo a alguien. Y lo que es más: posiblemente compren tu próxima obra a ciegas, si les gustó mucho la anterior.
Los únicos que tienen algo que temer de Internet son los vendedores de bazofias. Y merecido tienen ese temor.
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