Un blog en el que no se pueden poner comentarios, no es un blog: es una revista, es un periódico, es usar un gestor de contenidos que tiene los últimos artículos al principio y los más antiguos al final (lo cual no significa que ese sea el orden más idoneo), es largarte aprisa y corriendo de lo que han dado en llamar web 2.0. Y, también, perder lectores. Vamos, creo yo.
Digo esto porque, cuando he querido dejar un comentario en un artículo de Alberto Fuguet, me he encontrado con que no hay manera. He buscado por todas partes, y no hay el enlace para poner mi opinión acerca de lo que hablaba. Si ya extraño los comentarios hasta en las ediciones en papel, que decir en un blog.
Puede ser que la razón de que no permita los comentarios sea porque, no sé, le llega mucho spam, o entran trolls en demasía, como si bajasen al pueblo de fiesta desde las montañas en un fin de semana. No lo sé. Al fin y al cabo, es su decisión porque es su blog. Punto.
Lo que me he quedado con ganas de decir ahí mismo (para entenderlo bien, hay que leer primero el artículo en cuestión), es que para mí, los podcasts no son, por citar unos que escucho, "La rosa de los vientos" o alguno de la cadena Ser. Lo digo porque para el Sr. Fuguet parece que esos fuesen los verdaderos y valederos podcasts, ya que los otros son "podcasts alternativos". Pues yo creo que no es así. Para mí, los podcast son Comunicando, Cabreados, Aspirante, El amuleto de Yendor, Kafelog, Las cosas curiosaspuntocom, La Aradio... Y me dejo muchos en el tintero virtual y que están en mi lector RSS.
Dejando de lado los programas de radio puestos para descarga, seguro que cosas con lo que menciona del N.Y. Times es muy interesante, no lo dudo. Si hiciesen un podcast así en español, no me lo perdería, seguro. Pero el que un podcast no provenga de un gran medio de comunicación (o incluso pequeño), no lo hace alternativo. De hecho, un podcast puede ser bueno o malo, largo o corto, hecho por una empresa, con respaldo de la misma, o por uno o varios individuos. Pero no creo que se le pueda aplicar etiquetas del tipo "alternativo". El podcast, en sí mismo, es un medio de comunicación alternativo a los convencionales. Que lo usen también dichos medios no convierten a sus podcasts en la norma.
¿Ven? Si el blog de Alberto Fuguet tuviese habilitados los comentarios, no me habría enrollado. Hubiera dejado mi comentario y, a lo mejor, hasta se hubiese generado discusión (o hubiese quedado como una opinión más). Pero como todo tiene un lado, veámoslo: me ha dado para un post.
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