¿Por qué Lucio Gutiérrez, ex-presidente de Ecuador, habla de si mismo en tercera persona? ¿Por qué hace lo mismo su - hasta el momento - esposa, Jimena Bohorquez? Tal vez se trate de una hábil estratagema comunicativa para distanciarse de los hechos en los que estuvieron involucrados directamente, y así no parecer tan quejicas pero sí muy objetivos. Porque además el uso de la tercera persona es selectivo, no lo hacen siempre.
Bueno, dejemos de lado a Jimenita, porque creo que el suyo tan sólo es un caso de contagio. Vayamos con el origen de la enfermedad.
A mí es que me repatea mucho esa manía de la tercera persona. Creo que una o varias reinas de Inglaterra la empleaban de la misma forma, y alguna estaba un pelín pasada de rosca. Tal vez lo mismo le pasa al Sr. Gutiérrez, o quizá sólo sean unos delirios de grandeza que no le entran en el cuerpo y, por eso, ha tenido que construirse otro donde poder albergarlos. Lo mismo es a ese otro Lucio a quien se refiere cuando dice cosas del tipo de “Lucio Gutiérrez fue víctima de un golpe de estado”. Quizá, cuando ganó las elecciones, hizo una versión beta 2.0 de si mismo y la envió a gobernar mientras se quedaba en casita. Esa pudo ser la razón por la que se cabreó tanto cuando la gente fue a protestar al frente de su humilde morada: se estaban quejando de la versión beta pero le echaban la culpa a la 1.0.
Vamos, que siendo benévolos, esa es la única razón que le encuentro. Porque, por mucho ego que uno tenga, tampoco estará dispuesto a que le confundan con Tarzán, que no tenía mucha consciencia de si mismo o se le olvidaba con facilidad su propio nombre y tenía que repetirlo en voz alta cada cierto tiempo.
Y ahora que lo pienso, ¿será que el ex-presidente sufre de amnesia galopante y selectiva? ¿Tendrá cartelitos y tarjetas con su nombre por todas partes, en plan “Memento”? ¿O será lo contrario, que no quiere acordarse de lo que pasó y por eso trata de poner distancia?
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