En algún momento hablé del hecho de confiar nuestros datos a servicios que pudieran perecer algún día (lo siento, no estoy como para buscar el enlace). He aquí una muestra de ello: Mevu, un lugar que te permitía crear una página recopilando todo lo que haces en la web, tus direcciones y que tenía un formulario muy majo para contactar contigo, se fue sin decir adios. De hecho, de no ser por Dondado vía Twitter (del cual ando un poco ausente últimamente) ni me habría enterado de ello por lo menos hasta más del tiempo del que paso.
Mevu desapareció así, sin decir nada, sin avisar a sus usuarios y sin ningún tipo de comunicado. Al menos, yo no he visto ninguna referencia a ello en ninguna parte ni he recibido correo alguno. Desde luego, lo mínimo que se les puede calificar es de descorteses, por decir algo. Porque vete tú a saber si su proceder tiene alguna consecuencia legal.
Todos los días aparecen nuevos servicios web que nos prometen más calidad y cantidad de lo que sea: almacenamiento, tráfico, loquesea. Ahora, con esta crisis que todos los agoreros y expertos aseguran que es de larga duración y con bonus tracks incluidos, más hemos de ver que vayan cayendo. Si empresas importantes como AT&T andan mandando gente a la calle, u otras como Twitter, que se lo tomaban con calma, ahora le ven las orejas al lobo y salen corriendo a tratar de llenar sus arcas, las pequeñas startups que contaban con tener un periodo de tiempo durante el que desarrollar su rentabilidad seguramente o encuentran un mecenas, o se irán a pique.
La primera pregunta que surge ante una situación de este tipo es a dónde van a parar los datos que teníamos ingresados en el servicio. Como en la mayoría de las ocasiones se trata de servicios situados en el extranjero (respecto al sitio en donde nos encontremos, claro, que esto es relativo), poco se puede hacer: echa para atrás la horrible perspectiva de un futuro lleno de papeleo virtual sin ninguna garantía de conseguir algo efectivo. En el caso de Mevu, no se trata de nada muy grave, pues todos los datos que tenía allí son de dominio público, por así decirlo. Pero ¿y si el próximo fuese otro servicio que tuviera más información y ésta de carácter mucho más privado? Por ejemplo, uno de esos sitios que te ofrecen hacer respaldos de tus datos sin gastar un centavo.
Hay otro efecto secundario en lo relativo a este tipo de desapariciones: te echan en brazos de quien te puede ofrecer mayor estabilidad. El servicio que yo esperaba de Mevu era pasivo: un lugar donde poder referenciar a todo aquel que quisiera saber toda mi presencia en la web. Y no, no me refiero a Friendfeed, que eso está bien para mostrar lo que vas haciendo, pero en las que aquel que no está metido en estas cosas tan 2.0 se pierde. Es decir, algo donde colocar cosas y poder olvidarme sin necesidad de darle un mantenimiento salvo cada muchos meses. Entonces, en semejante trance, ahora ¿quién podrá socorrerme? Yo, el Google colorado. O Microsoft. O Yaho… ups. Mejor, en esto último ni entro, que lo de Yahoo es para dar de comer aparte.
En mi caso, recalo en Google, pensando abrir mi página de referencia en Blogger (por diferentes razones). Para mis recursos, es a lo único que puedo aspirar y que me ofrezca cierta confiabilidad. Peeero… ¿sabéis de esa afirmación –por lo visto, falsa- de lo que pasaría si todos los chinos saltasen de una silla al mismo tiempo? Pues tratad de imaginar que podría pasar si todos los usuarios fueran de Google. Nos podrían poner a temblar a todos. Y no es sólo una sola empresa. Pueden ser dos o tres, pero un número muy reducido. Es una posibilidad a tener en cuenta.
Nada es gratis. Se habla mucho de la economía de la atención, pero primero va la economía del uso. Por ejemplo, Twitter anda tras un modelo de negocio. Seguramente, conseguirá lo que busca y quien sabe si será por medio de la publicidad o no (con esa API abierta y extendida a tantos servicios, ¿funcionaría?). Pero lo que consiga será gracias a esa cantidad ingente de usuarios del servicio, con un perfil taaan definido. No importa que no sea publicidad: cualquier cosa la argumentará en base a su número de usuarios. Podemos estar usando un servicio sin costo monetario, pero no es gratis. De hecho, es un trato: tú nos permites usarlo y nosotros lo usamos. Al usarlo, te estamos pagando, te estamos dando una moneda de curso legal en un ámbito determinado: nosotros.
Hola!, bueno.. la verdad creo que éste enlace lo dice todo:
ResponderEliminarhttp://www.youtube.com/watch?v=8AR8C49Bi0E
Saludos y suerte!, se feliz :)
Aclaro: Hago referencia a la letra de la canción, no al vídeo. Opte por ese enlace debido a la "calidad de sonido" mas no a las imágenes.
ResponderEliminarSaludos!.
(esta vez dejo comentario con mi cuenta google/blogger).
"Se habla mucho de la economía de la atención, pero primero va la economía del uso."
ResponderEliminarQué buena reflexión, compañero¡
Siento lo de tu Acer. Yo tengo otro, así que le veo las orejas al lobo...
@Brian: Gracias por el enlace.
ResponderEliminar@Yoriento: Me da a mí que las cosas van por ahí. La publicidad no puede (ni debe) ser el único modelo de negocio al que aspiren los proyectos en la red.
En cuanto al Acer, mi consejo es: respalda, respalda, respalda... ;)