Una pequeña reflexión al vuelo. Primero, debo contextualizar: ando enganchado a la 1ª temporada de la nueva etapa del Doctor Who. Ya conocía al personaje (en su cuarta encarnación, por unos episodios que recuerdo pasaron en su tiempo creo que en TeleMadrid) y había oído hablar tanto de la nueva versión, que me animé a hacerme con ella. En este caso, “enganchado” significa que, más que devorar los episodios a toda velocidad (lo cual no es el caso), los disfruto intensamente.
El caso es que, pensando en el insigne Doctor, el rumbo de mis pensamientos ha ido variando y he llegado hasta el concepto de fanfiction: relatos escritos por los admiradores de un personaje de ficción con éste de protagonista. Y me he dado cuenta de que una fanfiction puede ser un excelente ejercicio de escritura.
Escribir una historia con un protagonista ya definido por otros, nos puede ayudar a practicar la caracterización de personajes. No es lo mismo tomar un personaje nuestro al cual podemos moldear (con ciertos límites) a nuestro gusto de acuerdo a una situación dada que tomar un personaje ajeno y colocarle en una situación de la que debemos sacarle respetando sus rasgos principales.
No es la primera vez que hablo de este tema de coger la creación ajena para generar la propia. Me parece una opción interesante para desarrollarnos como creadores, por muy mal vista que esté por algunos sectores. El pastiche y la fanfiction pueden ayudarnos si nos encontramos en un punto de anquilosamiento en lo que a historias se refiere. Eso sin contar con lo que disfrutaremos a la hora de vérnoslas con uno de nuestros personajes favoritos.
Eso sí, cuidadito a la hora de hacerlo público, que últimamente el horno no anda para estos bollos.
Hace algunos años compré una edición de El Hobbit en una venta de garaje cualquiera. Empecé a leerlo sin novedad alguno cuando me fijo -ya a mitad de libro- que al voltear la página tengo un promedio de diez hojas en blanco. ¿Que hice? Eso de fanfiction. Llené esas diez hojas con un relato que estuviera dentro del contexto pero fue pura y neta invención mía.
ResponderEliminarSaludos
Vaya, pues felicidades por la inciativa. Muy ingeniosa manera de sacarle provecho al libro más allá de leerlo.
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