¿Cuántas cosas nos callamos al día? Muchas, y a veces quizá demasiadas. Las razones por las que lo hacemos son siempre variadas, aunque creo que siempre entran en juego dos elementos: diplomacia y conveniencia.
Esto es más que normal, y sería suicida hacer lo contrario (no le vas a decir a tu jefe lo que realmente opinas de él, al menos hasta que tengas un nuevo trabajo). Pero tanto callar se nos termina convirtiendo en costumbre. Como no damos a conocer nuestras opiniones sobre determinados temas a otras personas de opinión contraria, terminamos por perder nuestras habilidades argumentativas: no podemos sostener nuestra opinión con ningún argumento. En lugar de tratar de encontrar la mejor forma de explicar nuestro punto de vista, terminamos callando, que es lo más cómodo.
Por eso me parece tan importante este asunto de los blogs. Tener un blog y escribir en él no deja de ser exponerse públicamente. Si tienes un blog y figuras con tu propio nombre, cualquiera que lo busque un poco por la web terminará encontrándolo. Y esa persona sabrá lo que opinas de esto y de aquello, o que tal día tuviste un mal día, o cualquier otra cosa, pero siempre relativo a ti, a como eres.
No todos estamos preparados para esa exposición. A veces, ni siquiera los que escribimos un blog (que puede ser que nos metamos a ello insensatamente, sin pensarlo). Hay personas que, estando preparadas, no tienen un blogs simplemente porque no quieren (sus razones tienen). Pero, para aquellos que no lo están, resulta una terapia que puede resultarles beneficiosa.
Muchas veces nos quejamos de no poder expresarnos como somos realmente. En realidad, en la mayoría de las ocasiones es que simplemente tenemos miedo de hacerlo. Tenemos miedo de que nos critiquen, de que nos insulten, de que nos juzguen, de que manipulen o tergiversen lo que decimos, a pesar de que lo hagamos a diario con todo personajillo que aparece en la televisión.
Pienso que el ser humano tiende al equilibrio en todos los aspectos. De ahí surgen las paradojas que a veces se dan en nuestro comportamiento, que son una manera de tratar de equilibrarnos y que no dejan de enriquecernos. Si nos comportamos de una manera, y abiertamente opinamos de otra, eso es hipocresía. Pero, si somos honrados, en algún momento intentaremos modificar o nuestro comportamiento o nuestras opiniones, aunque sólo sea para poder vivir con nosotros mismos.
Dentro del proceso de crecimiento de la persona está la capacidad de admitir críticas. Hacer un blog nos presenta la posibilidad de crecer un poco más, de hacernos algo más maduros, aunque sea tan sólo por medio de poner a disposición de cualquiera nuestras opiniones. No es tanto el hecho de tener muchos o pocos lectore, sino de estar ahí, explicar nuestra forma de ver el mundo y ver que pasa. El simple hecho de estar ahí ya nos aporta un crecimiento que, en otros días, no hubiesemos podido conseguir.
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