En esta época, en la que se han juntado muchas cosas, en verdad se ha puesto a prueba mi capacidad de organización. Y, bueno, más o menos estoy saliendo airoso.
En alguna otra entrada, he hablado acerca de mi desorganización y de mi infructuosa búsqueda acerca de un método que me ayudase a superarlo. He probado muchas cosas, y lo cierto es que sólo ha servido para confirmarme que todo se reduce a que encuentres el método adecuado, y si no, pues tocará crearlo, ¿no?
Con tanta herramienta electrónica pululando por nuestro entorno de trabajo habitual, es difícil hacer tiempo para probar todos los programas y servicios que se nos ofrecen para echarnos una mano. Y en ocasiones, resulta difícil percatarse que la mejor solución no tiene por qué ser la digital. Tratamos siempre de mirar al futuro y de innovar (o usar lo más innovador), pero eso no es obligadamente lo que se adecua a nuestras necesidades.
Como dice el título de mi blog, "Todo está dicho", y prácticamente todo está inventado, principalmente en lo que a maneras de organización personal se refiere. Puede ser que le pongan una capa de pintura nueva y le bauticen con algún nombre sonoro y adecuado a la moda (como duplicar o triplicar las vocales), pero al fin y al cabo, en el fondo, no dejan de ser cosas que ya se inventaron hace tanto tiempo que se ha olvidado cuando fue.
Mi panacea en esto de la organización personal ha sido algo muy analógico (¿analógico es lo opuesto a digital?): una simple libretita, barata, de las de hojas a cuadros de toda la vida. Allí, anoto de manera seguida y parcialmente desordenada (pues las anotaciones las agrupo en grandes temas, pero en cada uno, van a su bola) todo lo que tengo que hacer o todo lo que se me ocurre. Cuando lo hago, simplemente lo tacho. Dentro de la libretita, he hecho un cuadro rudimentario en el que, en filas, indico aquellas obligaciones (voluntarias o no) que tengo que cumplir cada día. En columnas, indico la fecha de cada día. Cuando hago algo relativo a cualquiera de esas obligaciones (que sí, en su mayoría son voluntarias pero que forman parte de lo que alguno por ahí llamaría "plan de vida", y son entonces importantes), tacho el cuadro respectivo.
Tachar. No me imaginaba que pudiese proporcionar tanto placer. Pero para que esta acumulación de tareas no se convierta en una presión estresante (o distresante), he decidido tomármelo con filosofía. Lo mejor de todo es que me permite llevar un registro de mis actividades, de manera que puedo comprobar que días he rendido más y, lo principal, por qué lo hice para poder repetirlo.
Cuando la libretita llegue a su final (ahora ya está muy maltratada porque la llevo a todas partes), otra tomará su lugar. Pero creo que ya he dado con lo que funciona para mí. Me resulta cómodo y efectivo, y hasta me he vuelto adicto a la libreta: si no la tengo cerca, empiezo a entrar en delirios propios de un Enjuto Mojamuto cualquiera.
Eso es lo que me ha funcionado. ¿Y a ti? ¿Qué es lo que te funciona?
mmmhhh... estem... la verdad te diré algo, pegué de brincos cuando leí en --resultados de su búqueda:"Mi método de organización"... pensé... hay esperanza...!!!
ResponderEliminary noooooooooooooo una libretitaaa!!!!??? yo a veces creo que ocupo un asistente personal que me llame para recordarme que requiero hacer tal o cual llamada ayyy noooo la verdad es que me encuentro desesperada, no se que hacer ni por donde entrarle al quilombo este!!!
y sabes que?, me parece sensato y hasta valiente lo que has dicho... caray si no hay tiempo ni espacio para probar cuanta opción "cibernética" hay en línea entonces no queda mas que hacer la propia cierto??...
pues este día lo dedico a lo mismo, y gracias por la inspiración, sinceramente espero acabar con algo mas que una "libretita" que me encantan de hecho tengo manía por esas cosas cada que voy a una papelería compro una.... para que?!? para que la información siga igual de desordenada ahi dentro!!! ay nooo...
te escribo pronto, tan pronto tenga noticias nuevas....
recibe un abrazo sincero, que me has caido de p&$%ta madre como decimos las regias en México, cuando nos referimos a alguien de nuestro entero agrado!
besitos...
Carolina de Monterrey.