Consejos para los consejos

La entrada anterior me ha hecho pensar. Aunque me gustan las listas de consejos o recomendaciones (escribirlas y leerlas), en muchas ocasiones no estoy muy seguro de su utilidad (para el lector y para mí). Por ejemplo, la entrada anterior: unos cuantos buenos consejos. Toca aplicarlos. Pero, ¿te vas a acordar de todos? ¿Vas a poder aplicarlos todos?

Y cuando se trata de diferentes métodos para solucionar un mismo problema., la cosa empeora. ¿Con cuál nos quedamos? ¿Cuál probamos primero? Al final, en su misma abundancia reside su inutilidad. Las listas de recomendaciones abundantes nos abruman con su cantidad y corremos el riesgo de inmovilizarnos sin saber cual de ellas seguir. En cosas como la informática, es fácil (aunque según qué cosas): si funciona, bien; si no, a por la siguiente. En cosas relacionadas con la creatividad, se pone todo un poco más chungo. Probar una recomendación para ver si nos funciona o no nos llevará más tiempo, y es muy posible que desistamos de seguirla si a la primera de cambio no nos da resultado, pensando que esa en concreto no funciona para nosotros. Quien sabe, a lo mejor sólo teníamos que poner más empeño.

Creo que existe un manual de estilo hasta para los consejos o recomendaciones. Voy a tratar de abocetar algo similar en base a las observaciones que he hecho:

• Una lista de recomendaciones no debe de pasar de tres, bien explicadas.

• Si vas a hacer una lista larga, que no pase de 10. Guy Kawasaki recomienda que las presentaciones en pauerpoin no pases de diez diapositivas porque el espectador no puede asimilar más de 10 conceptos de una sentada. Creo que podemos transferir esa afirmación a lo que nos ocupa.

• Si cada una de ellas tiene potencial para desarrollarse con longitud, desarróllala en una entrada aparte. Será de mucha más utilidad para el lector.

• Si son muchas las recomendaciones, explicaciones cortas, muy cortas. Si son pocas, las explicaciones deben ser más largas.

• Poner ejemplos siempre que sea posible, pero que sean cortos.

• Si consideras que un ejemplo puede resultar muy ilustrativo, dedica una sola entrada a esa recomendación y expláyate en el ejemplo.

¿Qué os parece las... las... los consejos sobre listas? Vaya, eso es al fin y al cabo lo que me ha salido. Se trata tan sólo de un boceto, pero creo que sirve para tenerlo en cuenta a la hora de crear esas entradas de consejería de las que muchas veces echamos manos.