En el mundo moderno internet se ha convertido en nuestro confidente, un lugar para satisfacer nuestras necesidades, buscar respuestas a preguntas y en muchos casos es quien conoce nuestro lado más oscuro. Pues como dice Tancer, y es donde radica el poder de la información que recoge internet, "muchas veces decimos lo que pensamos, en otras tantas no. Pero en internet es distinto, pues siempre las acciones hablarán más fuerte que las palabras".
(…) Las encuestas, por ejemplo, cada vez tienen un campo de acción más limitado. (…) Pero en internet lo que pensamos, sentimos y vivimos está allí en tiempo real.
Del artículo ¿Qué podría decir Internet de nuestras vidas?, vía Sonia Blanco. No da ningún dato novedoso, pero sirve como recordatorio de que, cada vez que hacemos un clic, estamos dándole información a alguien y que es algo que no podemos controlar. Bueno, estudios sobre los hábitos siempre ha habido, pero nunca tan certeros como ahora. Estando conectados, damos muchas facilidades para ser controlados, seguidos, rastreados. No estarlo significa aislarse del mundo y empezar a tener una desventaja comparativa con el resto que lo está. Bonita disyuntiva, ¿verdad?
Sin embargo, tampoco es cuestión de exagerar, pero tampoco de dejar de tomar ciertas precauciones a la hora navegar. O, por lo menos, ser consciente de las consecuencias que puede traer nuestra “anónima” confesión de mantener contacto carnal con el ficus del balcón, por decir algo.
Si estás interesado en el tema, no debes dejar pasar La sociedad de control, de José F. Alcántara (aka. versvs). Puedes comprarlo en papel, pero también descargarlo sin costo (está en dominio público). Es posible que descubras muchas cosas. Por ejemplo, a mi me resultó bastante interesante la información relativa a los chips RFDI, de los cuales no tenía mucha que digamos.
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