Leo en lo de Maikelnai una entrada con citas de Einstein. Entre ellas, la siguiente:
A veces me pregunto a mi mismo como llegué a ser la persona que desarrolló la teoría de la relatividad. La razón, creo, es que un adulto normal deja de pensar en los problemas del espacio y el tiempo. Estas son cosas en las que se piensa cuando se es un niño, pero mi desarrollo intelectual se retrasó, y como resultado solo comencé a interrogarme acerca del espacio y el tiempo cuando ya había crecido.
Dejando de lado la posibilidad de que Einstein estuviera haciendo un chascarrillo, el párrafo está cargado de razón. Para según que cosas, el crecimiento nos produce un estrechamiento de miras bastante considerable. Una de las primeras víctimas del abandono de la niñez es la creatividad. La facilidad con la que un niño puede crear historias (según que niño, claro) poco a poco se va atrofiando a medida que crece.
Para escribir, uno de los requisitos es tratar de recuperar ese impulso infantil que nos llevaba a imaginar de manera desbocada, para luego combinarlo con los conocimientos adquiridos como adulto. Y, bueno, esto es aplicable no solamente a la escritura, sino a muchas cosas que exijan curiosidad y creatividad.
Y que lo digas, cuántas veces me quedo con las ganas de tener algo para grabar cerca cuando alguno de mis dos enanos empiezan a contarte una historia cargadísima de detalles y que sólo ellos han visto (en su cabeza, claro).
ResponderEliminarY Einstein está cargado de razones, los conceptos de espacio y sobretodo tiempo, son algo que por más natural que nos parezca a nosotros, a los niños les cuesta mucho aprender, o si quieres, les cuesta aceptar nuestra visión de esos temas.