Instalé en mi portátil Ubuntu 7.10 y estoy más contento que un recién divorciado saliendo de copas. Claro, tiene sus peros, no lo voy a negar, pero va como la seda. Mi Windows anda de un tiempo a esta parte tocando las narices, aunque yo le he predispuesto para ello debido a tanto programa que le he instalado. Sí, ya sé, debería de desinstalarle unas cuantas cosas, pero me da una pereza tremenda, sobre todo a sabiendas de que, en algún momento, necesitaré de esos programas para alguna cosa.
El hecho es que Ubuntu va mucho más rápido. Se demora un poco más en abrirse, pero se cierra con más rapidez. Los programas se abren también más rápido, o por lo menos así lo hace el OpenOffice, alfa y omega de todas mis actividades en la computadora. Además, Ubuntu me está inspirando a dirigirme hacia un minimalismo informático que terminará seguramente con tanta tontería que tengo instalada en Windows.
El problema con Ubuntu son los programas. Que no tengo, vamos. Y sin una conexión a Internet, no puedo recurrir a esa maravilla del apt-get: un instalador de programas a distancia. Por el momento, he conseguido bajarme el Inkscape, y apenas termine con esta entrada, voy a comenzar a probarlo a profundidad. Y la conexión a Internet también me priva de los codecs para oír y escuchar audio y vídeo, que lo tengo todo en MP3 y otros formatos similares. Por el momento, al respecto lo que he hecho ha sido convertir algo de música a OGG, para "esos momentos".
Por ahora, ando a caballo entre Windows y Ubuntu, usando este último para escribir. Me gusta su interfaz, me siento muy cómodo en ella (aunque no sé hasta que punto es tan sólo por la novedad).
Para aquellos que tengáis el gusanillo de probar Linux y no os atreváis por miedo a perder información, a no poder acceder a ella o simplemente por desconocimiento, deciros que vale la pena probarlo. No se pierde nada, y lo digo textualmente. El proceso de instalación es prácticamente automático: todo se reparticiona solito y luego puedes acceder a tus discos con información de Windows sin ningún problema (cosa que no puede hacerse al revés). Este último Ubuntu incorpora la posibilidad de leer y escribir particiones NTFS, por lo que puedes utilizar tu información en los dos sistemas. Pero si decides probarlo, comprueba antes de descargártelo los requisitos de memoria, procesador, tarjeta de vídeo y otros detalles, no sea que luego vengas por aquí insultándome por mis afirmaciones. La portátil en la que lo he puesto tiene un procesador AMD de 1.6 GHZ con 512 KB de caché, memoria RAM de 512 MB y tarjeta de vídeo de 128 MB. Lo digo por si sirve de algo.
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