Cada día me gustan más los blogs que no son referenciales; es decir, que no parten de algo leído en otra parte para decir algo. Todos, al escribir, partimos de una u otra idea, hay algo que siempre nos influencia y nos motiva a compartir nuestros pensamientos sobre ese algo. Pero cada vez me gustan más aquellos que no parten de otra cosa que apareció en la blogosfera.
Esos blogs son serios candidatos a ser publicados en papel. No digo que haya alguna editorial interesada en hacerlo (que no lo sé), sino que debería haberla. Conmigo, por lo menos ya tendrían un comprador. Hay que destacar que, en estos blogs, cada entrada forma una unidad por sí misma, sin necesidad de información adyacente con la que complementarse o que sea indispensable para entender aquello de lo que se habla. En el mismo texto se encuentra todo lo que se necesita para comprenderlo.
En estos tiempos conversacionales, en los que todo son enlaces y citas, se agradecen a estos “locos” que, apartados del bullicio general, están en una esquina yendo a lo suyo. Nada de hablar de estadísticas, ni de pedir participación en los comentarios, nada de 2.0 y cosas similares. Su idea, su opinión y sobre todo su ingenio es todo lo que encontramos. Todo muy 1.0, muy clásico y, por ello, igual de enriquecedor que otros muchos, o más. Una verdadera demostración de que en la web, y en la blogosfera en particular, hay sitio para todos.
Dos de estos blogs que sigo a diario y cuyas entradas dejo que se acumulen en su feed para poder disfrutar de golpe de varias de ellas son “Tantos hombres y tan poco tiempo” y “Doctor Jota”. No dejéis de visitarlos, y sobre todo de suscribiros. Valen mucho la pena.
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