Pienso que este tipo de recomendaciones están asociadas a una cultura del trabajo atormentada que lo define como castigo por el pecado original; y que, en definitiva, conducen a tratar de resolver un supuesto problema de productividad con soluciones que ya han demostrado (o, más humildemente, ya me han demostrado) que están tan obsoletas como el propio concepto de productividad.
Miguel, hablando de un tema en cuya aproximación estoy muy de acuerdo. Pongamos como ejemplo acerca de eso de la productividad un blog: escribes entradas sesudas con el objetivo de atraer visitas y luego, a la primera tontería de cambio que escribes sólo por divertirte, todo el mundo te enlaza e incluso alguno te menea. ¿Qué ha sido más productivo?
Que no, que aunque todo esta dicho, no hay nada escrito sobre nada.
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