Hoy, conversando con elamordemivida, me preguntaba algo así como si no estabamos un poco atrasados en los colegios escribiendo a mano en las clases (me refiero a los alumnos). ¿El objetivo es una computadora por alumno? Es a lo que apuntan muchos políticos y lo que termina siendo fuera del aula. Entonces, como que vamos un poco rezagados en cualquier parte donde esto no sea así, ¿no?
Esto viene a cuento de la caligrafía. En ocasiones, los trabajos de los alumnos hechos a mano resultan ilegibles. ¿Vale la pena perder el tiempo haciéndoles practicar caligrafía cuando, al salir del colegio, su letra debe ser aceptada como la que es, buena o mala? ¿Es necesario quitar tiempo a otros temas por algo que sólo será útil durante su vida escolar? ¡Ja! Presenta un escrito oficial (una solicitud, por ejemplo) a mano y ya verás lo que te pasa…
Ahora que se están popularizando las ultraportátiles, ¿no sería mejor exigirle al alumno que trajese una a clases y darle un USB con los textos que necesite (CC mediante)? Supongo que esto no será aplicable a todas partes, pero un plan similar tiene buena pinta. Pero todo lo que habría que reformar en materia educativa, madre mía…
Sin embargo, imaginemos por un momento… El alumno hace la tarea en clase, en la computadora. Se la pasa al profesor vía Internet (o Intranet). Éste, en caso de que le falte tiempo, se la lleva a casa para corregir y le pone la nota en un documento accesible sólo para los miembros del colegio.
Hay examen. El alumno debe estudiar. Se lleva los documentos que necesite en su ultraportatil o se los envía por Interneta casa y hace que un software de reconocimiento de voz se los convierta a audio o a MP3 para escucharlos en su reproductor portátil e ir incluso repasándolos mientras se dirige al colegio.
Toca… redacción (yo tiro siempre más por el lenguaje). Los alumnos empiezan a escribir el texto con incorrecciones. No tienen ninguna idea exacta de lo que van a decir. En el procesador de texto van acumulando frases inconexas. A base de pensar en el tema, por fin surge un hilo conductor. Corta en un lado y pega en el otro (como se hace en la vida real). Al final, el texto que produce termina aproximándose más a su capacidad escritora.
Mira por donde, me acaba de dar por fabular. A algunos les parecerá algo cercano a una utopía, pero técnicamente es más que posible. El problema, como siempre, son las personas. Sus hábitos, sus costumbres. Su manera anticuada de ver el mundo.
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