Con aproximadamente día y medio de antelación sobre la fecha límite, puedo decir orgullosamente que he cumplido con el desafío planteado por el NaNoWriMo: escribir una novela de 50.000 palabras en un mes.
Claro que:
- No es ni de lejos una buena novela. Miedo me da revisarla: tengo el vocabulario flojísimo.
- Hay clichés y situaciones manidas a patadas.
- Vendría a ser la segunda en una… ¿trilogía? El caso es que empieza con situaciones que se suponen conocidas por el lector y termina en continuará (pero termina).
- He dejado de lado cosas virtuales y reales, principalmente en las últimas dos semanas. Ahora, tengo que hacer recuento de daños y esfuerzos extras.
- Hubo momentos que fueron verdaderamente estresantes: ¿Y ahora cómo sigo? ¿Qué narices va a hacer? ¿Cómo le saco de ésta?
Pero, con todo eso: ha valido la pena.
Reflexiones, en un próximo post.
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