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miércoles, 5 de diciembre de 2007

Qué hacer si te copian

Nadie está libre de que un desaprensivo se apropie de sus textos. De hecho, creo que los blogs pequeños como este somos más susceptibles de ser copiados, precisamente por los pocos lectores que tenemos (pero todo se andará, Pinky). No hay duda de que un blog “grande” no nos va a copiar: su éxito proviene del material propio y del enlace y acreditación del material ajeno. Pero puede ocurrir que algún principiante, limitado en lo que ha capacidad creativa se refiere, o algún caradura conocedor de este tema y demasiado impaciente para crear su propio material simplemente aproveche algún destello de brillantez por nuestra parte para apropiarse de él y ponerlo a su nombre. ¿Qué hacer entonces? Hasta el momento no me ha ocurrido, pero reflexionando un poco, creo que es sencillo dar con una serie de pasos a seguir para prevenir el robo (o para advertir de que no se puede hacer) y para actuar si se produce.

  • Primero, deja explícito que se puede hacer con tus textos y que no; es decir, colócales una licencia. Cualquier creación “intelectual” es propiedad del autor desde el momento en que es creada. Así dice la ley. Sin embargo, hay mucha gente que todavía se cree que puede apropiarse de cualquier texto sin necesidad de citar la fuente, e incluso de apropiarse de él, simplemente porque está en Internet. Por lo tanto, es muy aconsejable que pongas en tu obra (ya sea un libro electrónico, un blog, o loquesea) un aviso indicando que tipo de licencia utilizas. Puede ser el clásico “Todos los derechos reservados” o alguna como Creative Commons o Coloriuris, que le dan más libertad al autor para hacer algo con tu obra, como copiarla (en el sentido de distribuirla) o usarla para generar otras obras. Estas licencias permiten también limitar las acciones en función de si hay ánimo de lucro o no.

  • Si alguien roba tu texto (es decir, lo copia y pega sin poner tu nombre o hasta poniendo el suyo), el primer paso es ponerte en contacto con la persona u organización que lo ha hecho y comunicarle lo sucedido. Quizá tan sólo haya sido un descuido, por lo que no está de más mantener las formas. Si no obtienes respuesta, repite un par de veces la comunicación, por si acaso.

  • En el caso de que no se haya producido una rectificación (retirada del texto o inclusión de tu nombre como autor), el siguiente paso depende del lugar donde se encuentre el texto robado. Si está en un servicio de blogs (como Blogger o Wordpress), debes ponerte en contacto con ellos para comunicarles lo ocurrido. Normalmente, suelen tener una dirección de correo para estas incidencias. Búscala. Si se trata de un servicio de publicación como Lulu o Yoescribo (aunque en este caso sólo es en línea), escríbelos también.

  • Si has utilizado alguna de las licencias denominadas “libres” (Creative Commons, Coloriuris, GNU FDL, o similares), ponte en contacto con la organización que hay detrás de ellas por medio del correo electrónico que encontrarás en su web. Quizá ellos te puedan ofrecer algo de asesoría o por lo menos indicarte la dirección que debes seguir. Si el ladrón tan sólo se identifica con un sobrenombre (un nick), a lo más que puedes aspirar es a que retire el texto o incluya tu nombre, a menos que te quieras ver metido en líos legales y desees llevar lo sucedido “hasta las últimas consecuencias”.

  • ¿Que el interfecto no rectifica y nadie te para bola o se complica demasiado la cosa? Pues haz ruido. Escribe a todos los blogueros que conozcas, y también a los que no, sobre todo si son “importantes” (tienen blogs con muchas visitas). Cuéntales lo sucedido con detalles: la licencia que usas, como están especificados los usos que se le pueden dar a tu texto, como te comunicaste con el ladrón, los pasos que has seguido, etc. Detallado pero breve. Y pídeles ayuda para que se hagan eco de tu caso en su blog. Por cierto: no espamees. Es decir, escribe una carta personal para cada uno de los blogueros. Claro que es más sencillo escribir un solo texto y enviarlo a una lista de direcciones, pero la web 2.0 no funciona así. Cualquiera te prestará más atención si te diriges de manera individualizada a cada uno de ellos. Si tienes suerte, es probable que la noticia de lo que te han hecho corra como la pólvora, como si de un “Pásalo” se tratase.

  • Espera y a ver que ocurre. No dejes de comunicarte con el ladrón. Infórmale de tus acciones. En alguna parte del proceso, es muy probable que rectifique.

Como digo, todas estas recomendaciones las hago en la teoría. Hasta el momento, no he detectado ninguna copia de las cosas que he puesto a mi nombre en la web, aunque eso no quiere decir que no existan. Si a alguno de vosotros os ha sucedido algún caso en el que os hayan robado algún texto, estaría muy bien que lo contaseis en los comentarios, para ampliar o rectificar lo que sugiero aquí.

Por último, creo que las acciones que propongo, además de ser lógicas, deben manejarse con lógica: no es lo mismo un libro electrónico y que una entrada de blog. Y no es lo mismo un blog cuyo autor se refugia tras un seudónimo que un medio de comunicación de cierta relevancia. A veces, quizá sea necesario ir hasta el juzgado. En otros casos, con una advertencia bastara. Y hasta es posible que incluso lo puedas dejar correr como una experiencia desagradable. Todo depende de la importancia del texto, del lugar donde aparezca, del tiempo que hayas empleado en desarrollarlo, etc. Tú eres el que debe juzgar cuanto tiempo y esfuerzo quieres (o debes) dedicar a solventar el problema.

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