Desde que leí, quien sabe donde, que una bitácora era el armario donde se guardaba el dichoso cuaderno al que hace referencia la palabra inglesa “log”, el término en cuestión se me antoja incómodo para referirme a los blogs. De hecho, me gusta mucho la palabra “blog”: tiene un noseque onomatopéyico que me atrae: trae ecos de “¡blop!”, como algo que surge de pronto. Además, fonéticamente es muy similar al bloc, aquellos soportes para la escritura y (sobre todo) el dibujo de los tiempos de mi infancia. Por cierto, ¿se sigue utilizando esa palabra, bloc?
“Bitácora” amenaza con instaurarse, si es que no lo ha hecho ya. Mal del todo, no me parece. Al fin y al cabo, un blog también podría asemejarse a un armario donde se pone “la aguja de marear” (nuestros escritos, que sirven más para orientarnos a nosotros mismos que a otros) y que, además, se encuentra cerca del timón (las decisiones que tomamos en nuestra vida, que muchas veces se ven plasmadas en este espacio). El problema se da cuando se confunde con “cuaderno”, y estoy seguro de que más de uno ya lo ha hecho (en especial alguien de los media: si es que se lo han ganado).
Ahora bien, ¿cómo se les llama a aquellos que escriben regularmente en un blog y que participan, en mayor o menor medida, en la comunidad que estos forman? ¿Bloggers? ¿Bloguers? ¿Blogueros? De los tres términos, me quedo con el último. Si la palabra “blog” se termina por asentarse en el español, deberemos de someterla a nuestras propias reglas, tal y como hemos hecho con otras palabras (como fútbol). La primera opción, blogger, mantiene el original inglés. “Bloguer” es, sin embargo, un híbrido que rompe reglas de los dos idiomas. La tercera es, sin duda, la más idónea.
A lo largo de este blog, he ido tonteando con los tres términos, sin llegar a decidirme por ninguno de ellos. Pero, tras esta reflexión que ahora hago pública, me decanto por “bloguero”, y así lo voy a inscribir como sugerencia en mi libro de estilo personal. Como segunda opción está “bitacorero”, pero es que esa palabra no me convence, pardiez... Aunque, vale, acepto “bitácora” como sinónimo de blog (que no de cuaderno).
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