La blogosfera es un puto eco que nunca se sabe de donde se originó. Es la repetición cansina de un chiste nuevo hasta que en milisegundos ya está gastado. Es predicar a los conversos y denostar a los infieles. Es la rabia, la pataleta infructuosa, el monólogo incesante disfrazado de diálogo, la discusión estéril, el tiro al dardo sin puntos. Es el culto al ego, los quince minutos de fama de color azul, la masturbación incansable. Es la adicción al dato estúpido, al flash informativo tan rápido como descontextualizado, al espionaje de los desconocidos.
Todo eso y mucho más es la blogosfera.
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