En alguna ocasión he hablado de Novelr, uno de los pocos blogs en inglés que sigo. Si bien Eli James no se prodiga mucho, casi siempre que lo hace suelta algo interesante. En este caso, habla de la larga cola y de como aprovecharse de ella para prosperar en el mundo de la literatura online.
Lo que dice me parece, en estos momentos, poco menos que utópico. Pero he de resaltar lo de "en estos momentos": dentro de unos años - quizás menos - las cosas serán diferentes para los escritores.
Si no le he entendido mal a Eli, su estrategia se fundamenta en ampliar el porcentaje de usuarios de Internet que están dispuestos a encontrar/leer ficción online por medio de sistemas de recomendación que ayuden a separar la basura de las obras de calidad, además de reseñar a autores u obras similares a otra concreta, como cuando escuchamos música en la red y se nos recomiendan artistas parecidos (como en Last F.M.). Como he dicho, poco menos que utópico.
Hoy por hoy, algo así le veo poco éxito. La razón es simple: el poco número de lectores de ficción online y el pequeño volumen de lecturas de estos lectores, y no es que se necesiten muchos datos para sustentar esto. Un lector de ficción online lo será porque es un lector online, y no sólo lee ficción, sino también otro tipo de contenidos, los cuales absorberán gran parte de su tiempo (blogs, listas de correo, vídeos, etc.). Entre eso y toda la ficción mediocre que le toca esquivar, probando y desechando, poco tiempo le ha de quedar para dedicarse a leer una obra completa y, de esa manera, estar en disposición de emitir los datos necesarios para la valoración. Como he dicho, hoy por hoy es una iniciativa impracticable. Pero el futuro puede ser diferente.
Antes de leer la entrada de Eli, me he topado con un interesante artículo en Un lugar del mundo... (vía Al otro lado del mostrador) en el que se reseñan varios lectores (aparatos, que no personas) de libros electrónicos bajo el título "¿Toca ya el año del libro electrónico?". Por la misma vía también me di con una reseña en TodoPocketPC mucho más detallada, aunque centrada en cinco lectores, pero que también resulta reveladora.
Leo los artículos sobre las máquinas para leer y, uniéndolo con el otro acerca de las personas que leen, me doy cuenta de que una cosa y otra van unidas casi inseparablemente. Hasta que no podamos leer un libro electrónico con la misma facilidad que escuchamos música en nuestro reproductor de audio, los nuevos autores que prueban suerte por medio de la web no darán el gran salto (salvo excepciones).
Para lo que Eli propone se necesita un buen número de lectores, y estos no existirán hasta que los aparatos no se abaraten (aunque ya lo han hecho considerablemente) y se popularicen (algo que va atado al precio). Y eso terminará dándose tarde o temprano, aunque la cosa empieza a pintar bastos ya que la convergencia (¿es esa la palabra idónea?) de dispositivos, por medio de la cual se busca tener el menor número de aparatos para realizar la mayor cantidad de funciones, dificulte la propagación de dispositivos que sólo sirven una cosa o dos.
Mientras tanto, ¿qué les queda a los autores web? Los blogs, los PDFs y Lulu.com. Y los podcasts, como no. Sigo reivindicando los podcasts como un medio ideal para promocionarse como autor, haciendo una radionovela con los medios de que se dispongan, aunque sean tan sólo con la voz y algo de música de fondo.
Yo, por ahora, ahí tengo mi webserial, congelado por falta de tiempo (aunque algo más avanzado de lo que aparece en la web), tan congelado como este menda que escribe, dando saltos por un resfriado fruto de los cambios de clima constantes a los que se ve sometido por este voluble clima quiteño.
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